lunes, 6 de febrero de 2012

La biblioteca que robó Felipe V


Eran 6.630 libros, pesaban 1.373 arrobas, estaban valorados en 113.902 reales y se trasladaron en once galeras a Madrid en febrero de 1712 para crear la Biblioteca Real. Pero ¿cómo era aquella biblioteca valenciana del arzobispo maulet Folch de Cardona que confiscó Felipe V -a través de su oscuro ministro Melchor de Macanaz- y parte de la cual sigue en la Biblioteca Nacional de España? Sin duda era una joya, y por eso sirvió como núcleo inicial de la Biblioteca Real. Pero hay más detalles que la historiadora María Dolores García Gómez, autora del libro El arzobispo de Valencia Folch de Cardona. Análisis de una biblioteca eclesiástica del siglo XVIII, ha analizado a partir de los inventarios de la época y que desembocan en una conclusión: el "distinto carácter ideológico e inquietud cultural" de los libros, que constatan la "existencia de un temprano movimiento renovador en la segunda mitad del Seiscientos valenciano".
La biblioteca robada era, en realidad, una suma de tres bibliotecas. Primero, la que Folch de Cardona conformó antes de ser arzobispo bajo el patrocinio de los padres franciscanos de Palencia, convento donde él residía. Esta biblioteca -de la que los franciscanos reclamarán 2.114 volúmenes tras la confiscación de Felipe V y conseguirán 1.424 ejemplares- se caracteriza por su mezcla de "heterodoxia y reformismo". Lejos del letargo espiritual por el que transitaba en aquellos años la vida cultural española, la biblioteca personal de Folch de Cardona era uno de los pocos oasis. Incluso contiene obras prohibidas en los índices inquisitoriales. En cambio, todavía son mayoría los libros de patrística, las biblias, la teología dogmática y moral, y hay una menor presencia de temas jurídicos, históricos o filosóficos.

Los libros del tío censor
Sin embargo, son las otras dos grandes bibliotecas de Folch de Cardona las que dan esplendor a este tesoro confiscado por el rey borbón que ahora reclama Compromís. La segunda biblioteca es la que el arzobispo heredó de su tío José Cardona, deán y canónigo de la catedral de Valencia. Según los inventarios de la época, se trataba de una biblioteca de 887 volúmenes en la que destacan los libros de ciencias, medicina, física, poesía clásica, magiaÉ La profesora García Gómez destaca que "la principal y más novedosa característica de esta biblioteca es la de no ser específicamente humanística, sino la de encontrar también en ella una nutrida representación de libros científicos". Esto le otorga a la biblioteca, añade la historiadora, "un carácter singular, incluso extraordinario que, ni siquiera las conclusiones de Peset Llorca o López Pinero, cuando reclaman para el XVII valenciano cierta precocidad en la introducción de las nuevas corrientes europeas, nos hubiesen hecho sospechar".
También resulta sorprendente la presencia de algunos libros prohibidos. ¿Por qué? Porque además de comisario de la Santa Cruzada, José Cardona también fue censor de Valencia. Y es lógico pensar que alguna de las obras peligrosas incautadas pasaran a su biblioteca particular. También destacan, entre los volúmenes que confiscaron a Folch de Cardona, los libros de ciencias ocultas y un indudable gusto por la antigüedad clásica, muy propio del reformismo ilustrado del XVIII. En este sentido, se hallan obras poéticas de Cicerón, Ovidio, Virgilio, Juvenal, Marcial, Papino Estacio, Publio Valerio Máximo, Claudiano, Tertuliano, Diógenes Laercio, así como libros de historia de Tácito, Tito Livio, Lucano, Suetonio, Plinio, Quinto Curcio o Dionisio de Halicarnaso.

Un comprador adicto en París
Pero aparte de la biblioteca que le costearon los franciscanos y la que heredó de su tío el deán, el arzobispo Folch de Cardona edificó una exquisita biblioteca personal a base de compras a los libreros Florian Anisson de París, Anisson de Madrid y Francisco Lasso de Madrid. Los documentos hablan de 5.206 libros comprados por el prelado de Valencia entre 1702 y 1705 por valor de 3.500 libras. Una cantidad enorme que el arzobispo dejó adeudada y que luego tuvo que abonar la Biblioteca Real una vez hubo confiscados los libros. Entre estos volúmenes hay obras jurídicas, teológicas, científicas, históricas, de tema clásico, de geografía, de entretenimiento. Y la mayoría entronca con los libros heterodoxos en ese momento en España: los autores europeos filojansenistas, la tendencia que propugnaba la autoridad de los obispos, las regalías de la Corona y la limitación del poder papal.
Así era, heterodoxa, atrevida, de cariz reformador y con grandes ecos erasmistas, la biblioteca confiscada por Felipe V al arzobispo Folch de Cardona para servir de núcleo inicial de la Biblioteca Real (hoy Biblioteca Nacional). Encerrados en 161 cajas, los 6.630 libros viajaron de Valencia a Madrid hace 300 años. ¿Cuántos de ellos figuran hoy entre los 28 millones de documentos que atesora la Biblioteca Nacional? Ése es el misterio no resuelto.

Baldoví pedirá en el Congreso que los libros vuelvan a Valencia
El Grupo Parlamentario de Compromís en las Corts Valencianes ha presentado esta semana una proposición no de ley en la que se propone que el Consell reclame a la Biblioteca Nacional de España el retorno del patrimonio valenciano confiscado "de forma ilegítima" desde el año 1707 que forma parte de sus fondos. Pero Compromís va a ir más allá. Según han confirmado a este periódico fuentes de la coalición, el diputado valencianista en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, presentará pronto una proposición no de ley en el Parlamento español en ese mismo sentido. Sin embargo, la investigadora María Dolores García Gómez avisa de la "dificultad" ante "la compleja verificación" de que los libros indicados en los inventarios sigan en la Biblioteca Nacional. Ella, que sí que ha consultado algunos de esos libros allí, insiste en que "las pobres referencias bibliográficas de las relaciones inventariales supondría una ingente y desproporcionada labor de reconstrucción".

Información extraída de: http://www.levante-emv.com/cultura/2012/02/05/biblioteca-robo-felipe-v/878759.html

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